El día amanece precioso, en calma, en silencio; parece que estamos en el mediterráneo
Desayunito el la bañera de la Marmotinha con cafecito, zumo... El barco tiene una cocina de alcohol que sirve para lo que sirve, o sea, para calentar algo si cabe, pero con el hornillo ese que tiene una bombonita pequeña de butano, se puede hacer hasta bacalao.
A las 12 estabamos izando la mayor con rumbo a Baiona, para navegar un poquito, comer y volver. Pronto notábamos la brisita de 8 kn del N que con mar llana nos permitía navegar agusto. La costa labortana tiene su encanto: Hendaia, San Juan de luz, Ciboure, Biarritz y por fin Baiona que tiene una entrada con bastante corriente que lleva el Adour. Es curioso cómo pescan aquí: en embarcaciones con un marinero hechan la red señalada en un extremo con una boya y la extiende en sentido transversal hasta casi la otra orilla. Como no estés un poco atento te tragas la red. Dejan un espacio suficiente para pasar sin problema con calado de sobra.
Desayuno humeante
la costa labortana
Almirantas disfrutando de la navegada
A las lanas!
Entrada al Adour
La marina de Anglet es un poco desangelada; como dice Imanol es como si te encuentras una marina en Axpe, camino de Bilbao. Allí hemos comido y a las 5 en punto salíamos de la marina izando la mayor con la corriente a favor con rumbo a Hondarribi. Impresionante navegada la vuelta: en hora y 3/4 hemos hecho las 15 millas que separan Baiona de Hondarribi, con puntas de 10,2 y más de 8 kn todo el tiempo. Surfeaba el barco como una tabla; el viento de través de entre 13 y 18 kn nos impulsaba de gozada.
Para las 7 ya estábamos atracados en la Marina de Hondarribi en un atardecer como hacía tiempo. Cervecita, charla y ale... a cenar que el cuerpo no solo vive de viento y marea...
Cenita en el pueblo y a descansar que mañana será otro día...
No hay comentarios: